viernes, 27 de junio de 2014

Criterios para reflexionar y actuar


Para  rescatar la credibilidad de la provincia, muy lastima a nivel nacional por las pifias cometidas en las reparaciones del equipamiento agroindustrial y en la zafra, no basta solo con disponer de los recursos materiales a tiempo, sino contar con trabajadores y directivos competentes, conscientes del rol que desempeña y muy disciplinados.
La cuestión es que  las últimas etapas de precampañas han adolecidos de esos atributos, lo que unido a fallas en los abastecimientos de materiales impidieron arrancar en tiempo las zafras y recuperar los atrasos generados por esa causa, trayendo como consecuencia final, el incumplimiento de los planes de producción de azúcar, tal y como ocurrió en esta.
Y no es que lo diga yo, así lo han manifestado, en reiteradas ocasiones, los trabajadores y directivos de los ingenios, como a continuación referimos.
 En un trabajo escrito el 2 de marzo del 2012 relacionado con el mal comportamiento de la zafra en el central Amancio Rodríguez, y posteriormente publicado con el título La verdad sobre los hierros, el mecánico de molinos Pedro Poll Ramos, dijo…”Pero las desgracias de la zafra aquí no solo obedecen a problemas objetivos, el apuro por comenzar a moler  sin estar listo el ingenio y la falta de amor y de interés de algunos directivos y trabajadores, han complicado aun más la situación de la fabrica…”
El operador de evaporadores Pepe Vázquez, expresó, “Mire, es verdad que hubo problemas de recursos, pero aquí hay sus detallitos, sus cosas, que debemos caerle arriba, todo el mundo debe ponerse para esto, el jefe, el obrero, prestarle mayor atención al trabajo, ser mas cuidadoso y  más enérgico frente a los problemas, para que  esto pueda marchar.”
Por su parte el ingeniero Aníbal Castillo Machado, especialista en mantenimiento, quien por aquel entonces apoyaba al sureño central, fue categórico al exponer que “la decisión de arrancar equipos sin estar reparados, la falta de capacitación del personal de operaciones en algunas áreas y poca agresividad para acometer las dificultades, han conspirado contra el buen comportamiento de la industria.”
Más cercano en el tiempo, el 2 de febrero de este año, en un trabajo que intitule  Podrá el “Guiteras” sumar otra hazaña, el ingeniero Rafael Basulto Cordoví, jefe de la sala de análisis, reconoció que en la primera etapa de la zafra el Gran Campeón Nacional del Azúcar había sufrido de todo un poco, desde reparaciones muy atropelladas en su recta final, por atrasos en el suministro de recursos y falta de fuerza calificada, hasta problemas de indisciplina y de exigencia, pasividad y falta de acometividad en la solución de roturas e insuficiencias en la operación.
De estas observaciones subjetivas que hacen tanto daño como la falta de recursos, tampoco escapa el central Majibacoa, unidades empresariales de base de atención a productores agropecuarios y establecimientos de prestación de servicios y de aseguramiento.
Es un tema sobre el cual el Sindicato y la administración, en cada lugar, deben reflexionar y actuar desde ahora mismo para extirpar de raíz las causas que generan tan perjudicial proceder.
Desde el punto de vista de los aseguramientos materiales, al parecer la provincia está en mejores condiciones para hacer unas reparaciones en tiempo y con calidad, solo que para ello hace falta rescatar la disciplina perdida en el quehacer agroindustrial, y porque no, en parte de  los directivos y trabajadores.
Nada muestra mejor la disciplina de cada quien, que su manera de hacer las cosas. Un trabajador puede considerarse disciplinado si  hace todo bien desde el principio hasta el final, si  pone el máximo de empeño por la calidad, si asume una actitud consecuente ante la jornada laboral y si es capaz de cumplir con creces sus obligaciones laborales  sin necesidad de que lo vigilen y controlen.
Hoy en día, además del liderazgo, la industria azucarera tunera necesita de directivos con una clara disciplina, capaz de generar confianza en su colectivo de trabajadores, de manera que entre todos puedan lograr los objetivos planteados.
De ahí que el sector necesite, quizás como en ningún otro momento, del valor de la disciplina para poder salir adelante en su quehacer integral, máxime cuando la zafra anterior le robó un mes a la actual etapa de limpieza, desarme y conservación de la maquinaria industrial y de los equipos que intervendrán en el corte, alza y tiro de la caña, en la cosecha 2014-2015.