Desde que los bolsillos de los trabajadores de los centrales Antonio
Guiteras y Majibacoa salieron orondos de la zafra, me prometí este
comentario que ahora hago realidad,
sobre la implementación en la provincia de la Resolución 17 del 2014,
del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social MTSS.
Enfilada a unificar y poner orden en el enrevesado sistema salarial, vigente
hasta antes de su puesta en marcha, y al logro de una superior eficiencia y
calidad en la producción y los servicios, la nueva Legislación estipula el pago
a los trabajadores por rendimiento y a tiempo, a partir de la riqueza creada en sus entidades.
Su aplicación en las 61 empresas existentes en Las Tunas no ha estado
exenta de dificultades, detractores y escépticos, situación que va cambiando en
la medida en que los colectivos profundizan en su contenido y comprenden que,
mientras mayor y más eficiente sea el trabajo, habrá mejor salario y por lo
tanto, será otra la alternativa de la economía familiar.
Aunque en algunos casos, como en el central Amancio Rodríguez, los
beneficios están por verse, en la gran mayoría de los centros, las ventajas ya
se pueden apreciar. Tanto es así, que al cierre del primer semestre el sistema
empresarial tunero pagó un salario promedio mensual de 673 pesos por trabajador
-el 105 por ciento de lo previsto- y logró una productividad del 120 por
ciento.
Pero en entidades como la
Azucarera , Lácteo, Mayorista Alimento, Servicios Portuarios,
Consultoría Jurídica, Porcina y Arquitecto de la Comunidad , el estipendio
entregado sobrepasó los mil pesos mensuales.
Tal aumento nada de extraño tiene,
pues la Resolución
específica que el sueldo a recibir no tiene límites, siempre y cuando no se
deteriore el gasto de salario por peso de valor agregado bruto, se cumplan los
indicadores directivos del plan de la economía, haya una positiva correlación
ingreso medio-productividad y las finanzas gocen de buena salud.
Sobre esos rieles se mueven las empresas del patio, salvo la industria
Alimenticia y Acopio, las cuales pagaron
sin respaldo productivo porque incumplieron, precisamente, el indicador que se
establece como límite en la distribución del jornal: el gasto de salario por
peso de valor agregado bruto.
De esas vivencias se pueden hacer varias lecturas, entre estas y para mí
la de mayor trascendencia, es que la nueva forma de gestión pone en manos de los
trabajadores no solo el presente y el futuro de la empresa, sino sus propios
Beneficios. Si cumples, gana, si no lo hace, nada recibes. Tal es el dilema.
Y aunque eso se ha explicado con transparencia a los trabajadores, hay
que seguir insistiendo sobre el asunto,
porque se parte del principio de repartir lo que se gana, incluyendo los frutos del
ahorro, de manera cuidadosa y equilibrada entre quienes lo merezcan.
Es la estimulación justa, por coeficiente laboral, pues la Resolución obliga a la
eficiencia, a resultados tangibles y con calidad, a saber de economía, a estar
al tanto sobre el movimiento de los gastos y costos, del uso de los recursos y
de hacer los cálculos correctamente.
Aunque queda mucho trecho por recorrer y
asuntos puntuales que pulir, como la necesidad de acercar más el salario
a la productividad alcanzada en algunas unidades, ya es otra, muy diferente, la
cara que muestran las empresas tuneras, respecto a la que tenían antes de
ponerse en marcha “La 17” .
Poco a poco y de manera sostenida, va en aumento la fila de los
bendecidos por una Normativa que, no solo pone a prueba la capacidad de los
administrativos a la hora de su
aplicación y de conducir sus centros, sino que contribuye a perfilar la autonomía de la empresa
estatal socialista, mediante la descentralizaron de facultades que
exigen mayor preparación y responsabilidad, en el contexto de las
trasformaciones económicas que tienen lugar en el país para elevar el índice
productivo y, en tal sentido, una de las vías por la que se apuesta, es
precisamente, la Resolución
17 del 2014.