sábado, 12 de diciembre de 2015

La prioridad está en el campo


El joven Alcides, con su  desmotivación por la agricultura y nada que tenga que ver con la construcción o demás labores que le hagan sudar duro la chaqueta, no hizo otra cosa que confirmar que todavía hay quienes no acaban de aterrizar a la realidad cubana de hoy.
Oírlo decir, sin el menor pudor, que el campo no se ha hecho para él y que nada se le había perdido en esos lugares, me inspiró hacer algunas consideraciones al respecto.
Cierto es que algunos jóvenes al arribar a la edad laboral, en vez de gestionarse un empleo ante las oficinas del Ministerio de Trabajo, prefieren dar tiempo al tiempo para ver si le cae del reino celestial una oferta seductora, bien retribuida y en la “placa”.
Pero también es verdad que cada vez es  menor el segmento de la juventud tunera que le provoca urticaria en la piel cuando alguien le menciona la tierra y  la producción de alimento como una fuente de empleo segura y  capaz de aportar ingresos que puedan satisfacer la más cara de sus aspiraciones.
Al tanto de esa situación, la Unión de Jóvenes Comunistas en la provincia le concede prioridad al trabajo político ideológico dirijo no solo a despertar el interés de la nueva generación por las actividades agropecuarias y de la Industria Azucarera, sino a dignificar al joven que opta por el surco y estimular su abnegado esfuerzo.
Tales conceptos me parecen justos, pues nada de lo que se haga en función de premiar a quienes se viran para la tierra y cubren otros espacios vitales de la economía, será suficiente.
Poco a poco esa política  va rindiendo los efectos esperados. Hoy ya podemos decir que suman más de 400 los jóvenes tuneros que ha adquirido tierra en usufructo, nueve de ellos mediante la Resolución 449 del Ministro de la Agricultura, la cual le concede prioridad a los que provienen del Servicio Militar.
De igual forma cerca de 300 jóvenes se desempeñan en puestos claves de la Industria Azucarera, dato alentador si se tiene en cuenta que se trata de un escenario donde la consagración, la disciplina y la exigencia están a la orden del día.
En un momento como este, en que el modelo económico del país está en franco proceso de fortalecimiento, tiene un gran valor fomentar entre los niños y jóvenes una cultura de laboriosidad y de creación de riqueza, sobre todo el los ámbitos más cercanos a la explotación de la tierra y la extracción de azúcar.
No es casual, por tanto, que la UJC busque modos más eficaces de llegarles a los jóvenes que viven y trabajan en el Sector Agropecuario, no solo para brindarles mejor atención, sino para canalizar sus inquietudes en aras de eliminar de su entorno laboral, los problemas subjetivos.
También para movilizar y atraer a las nuevas generaciones hacia el Programa Agroalimentario, mediante sólidos argumentos e iniciativas que van desde conversatorios, intercambios con obreros, celebración de activos, conferencias en las escuelas y en los centros laborales, trabajo voluntario y hasta la divulgación de video educativo sobre la Industria Azucarera para despertar el interés de quienes deben convertirse en el relevo de una fuerza laboral, cada vez más encanecida.
Comparto el criterio de quienes aseguran que en Las Tunas hay muchos jóvenes deseosos de participar en los frentes vitales de su economía, solo hace falta darles la posibilidad de que se enrolen en la  misión estratégica de la producción de alimentos.
De modo que, si bien es incipiente los que ya están metido de lleno en el “potaje”, considero a esas fuerzas como la avanzada de un gran ejército, pues en la medida que se divulguen  resultados como los que ya alcanzan en la producción de carne, leche, plátano y otros cultivos varios,  Yónder Sánchez Osorio, Yoán Barnet, Oscar Martínez Diéguez e Iván Barban Ochoa, por solo citar algunos ejemplos, seguramente que serán más los interesados en participar en esta cruzada por la seguridad alimentaria de la población tunera, y quien sabe si hasta el mismísimo Alcides cambia de parecer y da un paso al frente.