viernes, 22 de julio de 2016

Vacacionar pero con orden

La Agroindustria Azucarera tunera enfrenta un período de grandes tensiones. La realización de inaplazables tareas, en los momentos preferidos para vacacionar, ir a la playa y visitar la familia, exigen de sus directivos organizar de manera tal los recursos humanos, que mientras unos descansan, otros permanezcan en sus puestos.
 Pocas veces en el descursar del año, ellos y los trabajadores bajo su mando tienen la oportunidad de probarse a sí mismo como en los meses de julio y agosto. Son días en los que la disciplina y la capacidad de simultanear las actividades se ponen apruebas en cada  cooperativa, granja y unidades empresariales de base de atención a productores agropecuarios y centrales azucareros.
Adecuar el disfrute veraniego a las necesidades y urgencias de cada lugar, es garantía para que las cañas reciban todos los beneficios en una etapa en que se define su desarrollo y crecimiento y no se detengan las reparaciones de los centrales y de equipos agrícolas, la preparación de tierra y la siembra.
Como se aprecia, los intereses actuales son varios y puntuales, más hoy quiero hacer énfasis sobre la limpia integral, no solo porque el programa para julio se acerca a las 49 mil hectáreas y se precisa de un ritmo diario superior a las 700 para cumplirlo, sino por  las severas afectaciones  que ocasionan los enyerbamientos a la producción cañera.
Posiblemente en algunas unidades productoras  no se tenga plena conciencia  de la magnitud del problema, y de ser así, permítanme citar estudios realizados por  especialistas,  para ilustrar  mejor la importancia del desyerbe a tiempo.
Los resultados de un buen número de experiencias hechas en cuba y fuera de sus fronteras sobre las pérdidas que causan las malezas que conviven con la caña, muestran que los perjuicios a las plantas van  más allá del 37  por ciento de reducción del rendimiento agrícola, cuando no se contrala la hierba durante el período crítico de competencia –hasta 120 días posteriores  al corte o de la siembra-.
Otros muestreos realizados determinaron  que por cada 15 días  de afectación, se pierde una tonelada de azúcar por hectárea. Si la lucha por los nutrientes se prolonga por 30 jornadas, entonces la merma ascenderá a dos toneladas, y, así sucesivamente.
Se puede afirmar, entonces, que la hierba es la peor plaga  que ataca a la caña. Ninguna otra ha llegado a ocasionar pérdidas tan elevadas como las que provocan los enyerbamientos, enfermedad que puede atacar todos los meses.
No es menos cierto que controlar la maleza tiene su costo, pero más caro resulta no combatirla. El dinero invertido en la limpia, uno de los beneficios que más agradece la caña, es el que mejor se paga.
Hoy en día, las unidades  con  mejores resultados en la producción cañera en la provincia se caracterizan, precisamente, por tener sus áreas libre de hierba o con enyerbamiento ligero durante poco tiempo. Colombia y Majibacoa deben beber en la fuente de esa experiencia, pues son los territorios con mayores atrasos en la ejecución de la tarea.
La moraleja de estos razonamientos consiste en que mientras quede un campo de caña a merced de este peligrosa y perjudicial plaga, nadie puede permanecer indiferente, mucho menos irse de vacaciones si antes dejar un respaldo de fuerza de trabajo que garantice la continuidad diaria de la limpia integral  en julio y agosto, pues las hierbas no descansan ni duermen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario