miércoles, 19 de octubre de 2016

Crecerá un 54 por ciento producción de azúcar

Las estimaciones de la producción de azúcar  para la zafra, que en la provincia debe comenzar el 25 de noviembre por el central Majibacoa, contemplan un crecimiento del 54 por ciento, respecto a lo logrado en la cosecha anterior.
Tal aumento, pocas veces previsto aquí, deviene un reto de marca mayor para Las Tunas, solo posible de cumplir si en los indicadores de la eficiencia agroindustrial se alcanzan los valores previstos, desde el principio hasta el final de las operaciones.
Se trata de un crecimiento físico  superior a las 76 mil toneladas del dulce,  propuesta que no admitirá desliz alguno, mucho menos improvisaciones y  pasividad, en el cumplimiento diario de la tarea de corte, alza, tiro, molida y producción de azúcar, cuestión que, en honor a la verdad, no ha sido la tónica que ha caracterizado las zafras tuneras en los últimos tiempos.
Es como si de una cosecha a otra el territorio pusiera en la órbita productiva un nuevo central, pues el aumento que se pide supera  el azúcar planificado por el “Majibacoa” para la cercana zafra o las producciones juntas de los ingenios Colombia y Amancio Rodríguez.
Por su puesto que el mayor aporte del dulce para conformar el gran “pastel”, le corresponderá al Coloso Antonio Guiteras, con 35 mil 959 toneladas, seguido por Amancio Rodríguez (15 mil 796) y Majibacoa (siete mil 465). El resto del crecimiento (18 mil 542) estará a cargo del “Colombia”, central que retornará  al torneo de la zafra, luego de siete años de ausencia.
Faena nada fácil pero  no imposible de materializar, si como se ha dicho el programa de inversiones y  reparaciones de los ingenios y de la maquinaria agrícola  fue concebido a partir  de las deficiencias acaecidas en la última campaña, cuando ningunas de las fábricas cumplió el plan de azúcar.
Aquel insuficiente resultado tuvo su origen en  unas reparaciones muy atropelladas por la llegada tardía de recursos, con grietas en su calidad y dilatada en el tiempo, lo cual provocó que los ingenios, con excepción del “Majibacoa, arrancaran sus plantas moledoras con atraso  y sin la debida  comprobaciones.
Cierto es que el desfavorable comportamiento del clima fue un factor de peso en el revés productivo, pero también es verdad que el desaprovechamiento óptimo de la jornada, sobre todo en el horario de la mañana, la falta de capacitación del personal, de exigencia y disciplina,  la cantidad de caña atrasada  y de materias extrañas que entraron a las fábricas, entre otros tropiezos, ocasionaron  inestabilidad en el suministro y la molida de materia prima, fisuras en la eficiencia y un mayor tiempo perdido por problemas operacionales en el “Amancio Rodríguez”.
De ninguna manera esa historia puede repetirse en la campaña por venir, pues de lo contrario  las posibilidades de incumplir los planes de producción se acrecentarían peligrosamente, en cada  eslabón que conforman la cadena zafra.
Sobre este gran compromiso, Julio García Pedraza, director de la Empresa Azucarera, comentó que “la meta no es nada del otro mundo, es perfectamente alcanzable si cada frente garantiza lo suyo y lo hace bien, desde el primer momento”.
  



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