Tras depender por mucho tiempo del vapor que le suministraba el central
Antonio Guiteras, la fábrica de levadura torula, única de su tipo en Las Tunas,
vuelve a tener su propia base energética.
El hecho, de notable trascendencia para el futuro inmediato de ese tipo
de alimento animal, fue posible gracias a la gestión realizada por los
directivos, innovadores, mecánicos y paileros de dicha planta, esfuerzo que
permitió poner en funcionamiento la caldera propia, luego de permanecer 20 años
inactiva.
Leidy Pérez Hernández, directora de la industria, perteneciente a la
unidad empresarial de base de los derivados de la caña de azúcar Antonio
Guiteras, dijo que ahora se trabaja en la modernización del evaporador, la
instalación de bombas y de un sistema supervisor que permitirá controlar el proceso productivo a través de medios
computarizados.
No menos importancia le concede Leidy a la construcción de una torre de
enfriamiento actualmente en ejecución, la que una vez en explotación permitirá
el ahorro de unos 100
metros cúbicos de agua por día, cantidad que
anteriormente iba para la zanja de evacuación de los residuales.
Al independizarse energéticamente del central, mediante el rescate de la caldera con capacidad para 10 toneladas
de vapor y ahora en fase de puesta en marcha, se acabó el tiempo “muerto” para
la fabrica de torula, por cuanto puede
producir durante todo el año.
Tan así es, que el colectivo de trabajadores se ha propuesto producir mil toneladas de ese alimento para la
ceba de cerdos en lo que resta del año, algo impensable hasta hace poco, pues
solo podía operar con el vapor que le suministraba el ingenio en tiempo de
zafra.
El conjunto de esas inversiones no solo hará posible incrementar la
eficiencia energética de la unidad y
humanizar la labor de sus trabajadores, sino aumentar en seis toneladas la
capacidad de procesamiento diaria, el
doble de lo conseguido hasta ahora.
Inaugurada en 1976, la fábrica de
torula del “Antonio Guiteras” utiliza como materia prima para la producción de
alimento animal la vinaza de los residuales de la destilería de alcohol, con lo
cual evita la contaminación de la bahía de Puerto Padre y mejora el medio
ambiente
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