En su devenir histórico, muchos han sido los
momentos trascendentales acaecidos en el municipio de Majibacoa. Más, ninguno
de ellos hizo estremecer de felicidad a los corazones, como la inauguración el
22 de abril de 1986, del central del mismo nombre por el General de Ejército
Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de
Cuba.
Aquella mañana, de sol radiante, elevada
temperatura y calor humano, entre vítores y aplausos, el dirigente político
felicitó a quienes edificaron el ingenio más hermoso y completo de los erigidos
por la Revolución. "Y me atrevo a hacerlo -enfatizó- porque estoy seguro
de que ustedes seguirán cumpliendo".
RESPALDO A LA ECONOMÍA
A la vuelta de los 33 años de existencia y a
tenor de los resultados alcanzados en las 30 zafras allí realizadas, hoy
podemos afirmar que los hombres y las mujeres de la agroindustria azucarera de
Majibacoa, sorteando obstáculos de todo tipo, han hecho valer la confianza
depositada en ellos por Raúl.
Justifica ese criterio no solo el
significativo aporte a la economía nacional de un millón 520 mil 111 toneladas
de azúcar producidas de por vida, sino también el hecho de ubicarse entre los
cinco ingenios más eficientes y productivos de la Isla, durante las últimas
campañas.
A estas alturas de la actual cosecha, por
ejemplo, ya Víctor Torres González y la tropa que dirige, conocen que su
central difícilmente pierda la condición de segundo mayor productor del país -66
mil 294 toneladas-; como tampoco el lugar cimero entre las fábricas que más
azúcar aportan por encima del plan (ocho mil 232 toneladas).
¿POR
QUÉ PUEDE EL "MAJIBACOA"?
Mantener ese dominio en una contienda que en
Las Tunas se tornó difícil y compleja debido a los contratiempos ocasionados
por las lluvias, la falta de caña y los problemas con el transporte automotor y
ferroviario, sobre todo, a partir del mes de febrero, es lo que engrandece el
desempeño de todos los que allí intervienen en la zafra y provoca que algunas
personas, tanto en la provincia como en la nación, se pregunten ¿por qué el
"Majibacoa" puede y el resto no?
Para José Caballero Carballosa, experimentado
jefe de Mantenimiento y uno de los artífices principales de los progresos
alcanzados, la clave puede estar en el cumplimiento estricto a las indicaciones
trazadas por Azcuba para la etapa de reparaciones y durante la ejecución de la
campaña.
"En el primer caso -refiere- tan pronto
como termina la molienda hacemos un balance de lo ocurrido área por área, en el
que los trabajadores y especialistas no solo emiten criterios sobre las causas
y efectos de los problemas, sino que sugieren sus posibles soluciones.
"Con ese análisis conformamos el banco
de problemas, a partir del cual se elabora el plan de reparaciones de cada
departamento, definimos los responsables de ejecutarlo y la fecha de
cumplimiento. Lo que sigue después es el chequeo diario de la tarea, mucha
exigencia y control", especifica.
Pero si importante es preparar la industria
para un período largo de faena, más lo es la labor de prevención que deben
hacer los mecánicos, técnicos y especialistas en el transcurso de la zafra.
"Para mí -dice Caballero-, más del 90
por ciento de los éxitos descansa en la calidad del mantenimiento y en la
revisión constante de los equipos. Por lo tanto, el plato fuerte de nosotros es
la labor preventiva, porque cuando uno se adelanta a los problemas, estos no
ocurren y entonces usted trabaja y gasta menos, es más eficiente y produce más.
"En las áreas hay libros de incidencia,
porque si usted no anota los hechos que ocurren en su turno, cómo va a
transmitir el problema presentado. De manera que es un sistema de trabajo
integral, que funciona con seguimiento constante, pues la zafra es de minuto.
Si las dificultades no se resuelven justo en su momento, pueden provocar
roturas de varias horas", precisa el especialista.
POQUITOS QUE LEVANTAN la
VICTORIA
Para Alberto Escalona Ramírez, jefe de
Operaciones de zafra allí, lo alcanzado en la campaña es la sumatoria de muchos
poquitos, pues cada frente de la cadena -industria, agricultura, transporte
automotor y ferroviario, Azumat, Esazúcar y Tecnoazúcar-, en mayor o menor
medida, contribuyó.
Saludó el apoyo recibido de los directivos y
trabajadores del sector en los municipios de Manatí, Jesús Menéndez, y los
centrales Antonio Guiteras y Grito de Yara, quienes suministraron más de 400
mil toneladas de caña, de las 700 mil hasta ahora procesadas por el ingenio.
No obstante, reconoció que en determinado
período se pudo cortar y tirar más caña, pero por negligencias de los jefes
inmediatos; la falta de disciplina, de organización y de un mayor
comprometimiento de los integrantes de algunos pelotones de combinadas con la
tarea, no se logró el objetivo.
Como parte del sistema agroproductivo de la
localidad, satisface conocer que, al unísono de la contienda, se obtienen
índices positivos en los quehaceres de la recuperación cañera.
Al respecto, Yoel Martínez Vargas, director
de la Unidad Empresarial de Base de Atención a Productores, dijo que en los
meses de enero a abril se plantaron 357 hectáreas, 184 más que las previstas,
lo cual pone en condiciones a la entidad de cumplir el plan de primavera, ascendente
a mil 855.
En Las Tunas, Majibacoa es de los territorios
donde la producción de caña crece, no solo por la vía de la siembra, sino a
través del incremento del rendimiento por hectárea, pues de las 35 toneladas
alcanzadas en la anterior zafra, en esta subió a 41,9.
O sea, que las producciones del dulce y de la
gramínea marchan tomadas de la mano, por lo que el porvenir del renglón más
importante de la economía del municipio está garantizado en Majibacoa, allí
donde un central se levanta como joya exquisita de las zafras.
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