De conformidad con la política de encadenamiento
que lleva adelante el país, en Las Tunas
ya se encaminan esfuerzos para incrementar la producción integrada de alimentos
que sustituyen importaciones, a partir de un mejor aprovechamiento de las
capacidades industriales instaladas en la Empresa Azucarera.
Pedro Jiménez Espinosa, director adjunto de
dicha entidad, aclaró que si bien el proyecto abarca a toda la provincia, por
ahora este comprende a la totalidad de las
formas productivas ubicadas en la zona norte, teniendo como centro
aglutinador la unidad empresarial de
base (UEB) derivados Antonio Guiteras.
Al decidirse por la zona norte para iniciar
la prometedora encomienda, los directivos tuvieron en cuenta las
potencialidades allí existentes para producir pienso líquido, levadura torula y
saccharomyces, importantes fuentes proteicas para la ganadería porcina.
Hay comprensión en que para explotar
adecuadamente toda esa infraestructura y posibilidades hace falta, además de la
recuperación de las producciones agropecuarias en las UEB cañeras, la decisiva participación,
con el envío de residuos de cosecha, de las formulas productivas de la
Agricultura y del sector cooperativo y campesino, radicados en el radio de
acción del central Antonio Guiteras. O más preciso, en los municipios de Jesús
Menéndez, Manatí y del propio Puerto
Padre.
Por suerte, la misión encomendada por el país
no encontró en pañales a esa parte de la Empresa Azucarera, pues según Pedro, de
los tres convenios porcinos que lleva el proyecto ya hay uno con mil cabezas,
así como una unidad de gallina ponedora, mientras se coordinó con la dirección
de la Agricultura la siembra de 700
hectáreas de maíz para alimento animal.
“En ese encadenamiento –precisó- también
vamos a tener la contribución de la Industria Alimenticia y de la Pesca con el
suministro de las vísceras de los animales sacrificados en el matadero y desechos de peces, sobre todo de la presa
Juan Sáez, para la producción de pienso. Contaremos, además, con la colaboración del Ministerio de Ciencia, Tecnología
y Medio Ambiente (CITMA) y de los centros universitarios”.
Tal ese esfuerzo, más el incrementó que habrá
a partir de la próxima zafra en la extracción de miel B y los residuos de la
cosecha que aporte la agricultura, necesariamente debe dar una respuesta en la
crianza de cerdos y, por su puesto, en la producción de carne con destino a la alimentación
de los trabajadores del azúcar, a la población aledaña a las plantaciones
cañeras y centrales azucareros y al balance nacional, pues todo ese proceso
forma parte del autoabastecimiento municipal.
“La idea, -precisa Jiménez Espinosa- es
rescatar lo que una vez tuvimos: Los convenios porcinos, los patios de gallina,
ampliar las áreas de cultivos varios y la estabulación de ganado mayor en
centros de acopio, entre otras actividades relacionadas con la producción de
alimentos”.
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