Si usted llega a San José de la Plata,
municipio de Jobabo, y pregunta por Norge Corps Peña lo más seguro es que no
sepan darle explicación; pero si, en cambio, indaga por El Negro, entonces de
inmediato le dirán dónde encontrar al campesino que en Las Tunas
implantó un nuevo record al entregar, a
la Empresa de Granos, nada menos que mil
quintales de maíz seco, en la campaña de primavera recién concluida.
Con esta hazaña el despabilado labriego hizo
triza su propia marca, establecida en similar temporada, pero del año 2013, ocasión
en la que recogió y entregó al Estado cerca de 900 quintales del grano, familia
de las gramíneas.
Aunque pertenece a la Asociación de
Agricultores Pequeños (ANAP) desde que tenía 23 años -hoy ronda los 48-, este
montuno de pura cepa, perteneciente a la
cooperativa de créditos y serviciaos (CCS) Antonio Fernández, salió a la palestra pública en el 2008, cuando
los Medios de Prensa en la provincia se
hicieron eco del acto organizado por las
autoridades de Jobabo en un tramo del camino que bordea la actual finca
–entonces plagada de maleza-, para entregarle 36,91 hectáreas de tierra en
usufructo, convirtiéndose de hecho en el primer beneficiado del decreto ley 259, en ese territorio.
Desde aquel mismo instante comenzó para él
una etapa de mucho sacrificio, pero
también de sueños que van cristalizando, gracia a su ejemplo a personal, al
apoyo de su hijo Norge y de los cinco obreros que da empleo.
“Por supuesto que me siento contento con este
resultado, pero no satisfecho, porque el
paquete tecnológico llegó a última hora y no aparecieron los fertilizantes,
dificultades que afectaron los rendimientos por hectáreas”, afirmo el destacado
agricultor.
Lo que El Negro no entiende y nosotros
tampoco, es que a estas alturas, después de dos meses de haber entregado la
producción firmada con la Empresa de Grano en la provincia, sus directivos
todavía le deban el importe de más de 400 quintales, sin que medie explicación
alguna, situación que lo mantiene en total disgusto, pues ese dinero lo
necesita para, como él mismo dice,
“darle cuantidad al ciclo productivo y mejorar en lo personal”.
Pese a la informalidad de dichos empresarios,
el hacendoso campesino hizo saber a 26 que
no flaqueará en el empeño de continuar economizándole divisa al país, mediante la
producción de alimentos que sustituyen importaciones, como la de maíz seco para
el desarrollo de los programas de la masa porcina en Las Tunas y la de frijol
con destino a la canasta básica, campaña esta última que ahora prepara, en
unión de la siembra de yuca y de cebolla.
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