miércoles, 5 de diciembre de 2018

Mil quintales de maíz seco y ¿el pago qué?


Si usted llega a San José de la Plata, municipio de Jobabo, y pregunta por Norge Corps Peña lo más seguro es que no sepan darle explicación; pero si, en cambio, indaga por El Negro, entonces de inmediato le dirán  dónde  encontrar al campesino que en Las Tunas implantó un nuevo record  al entregar, a la Empresa de Granos, nada  menos que mil quintales de maíz seco, en la campaña de primavera recién concluida.
Con esta hazaña el despabilado labriego hizo triza su propia marca,  establecida  en similar temporada, pero del año 2013, ocasión en la que recogió y entregó al Estado cerca de 900 quintales del grano, familia de las gramíneas.
Aunque pertenece a la Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP) desde que tenía 23 años -hoy ronda los 48-, este montuno de pura cepa,  perteneciente a la cooperativa de créditos y serviciaos (CCS) Antonio Fernández,  salió a la palestra pública en el 2008, cuando los Medios de Prensa en la provincia  se hicieron eco  del acto organizado por las autoridades de Jobabo en un tramo del camino que bordea la actual finca –entonces plagada de maleza-, para entregarle 36,91 hectáreas de tierra en usufructo, convirtiéndose de hecho en el primer beneficiado  del decreto ley 259, en ese territorio.
Desde aquel mismo instante comenzó para él una etapa  de mucho sacrificio, pero también de sueños que van cristalizando, gracia a su ejemplo a personal, al apoyo de su hijo Norge y de los cinco obreros que da empleo.
“Por supuesto que me siento contento con este resultado, pero no satisfecho,  porque el paquete tecnológico llegó a última hora y no aparecieron los fertilizantes, dificultades que afectaron los rendimientos por hectáreas”, afirmo el destacado agricultor.
Lo que El Negro no entiende y nosotros tampoco, es que a estas alturas, después de dos meses de haber entregado la producción firmada con la Empresa de Grano en la provincia, sus directivos todavía le deban el importe de más de 400 quintales, sin que medie explicación alguna, situación que lo mantiene en total disgusto, pues ese dinero lo necesita  para, como él mismo dice, “darle cuantidad al ciclo productivo y mejorar  en lo personal”.
Pese a la informalidad de dichos empresarios, el hacendoso campesino hizo saber a 26 que no flaqueará en el empeño de continuar economizándole divisa al país, mediante la producción de alimentos que sustituyen importaciones, como la de maíz seco para el desarrollo de los programas de la masa porcina en Las Tunas y la de frijol con destino a la canasta básica, campaña esta última que ahora prepara, en unión de la siembra de yuca y de cebolla.
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