domingo, 29 de septiembre de 2019

Así es Cuba... resiste y mantiene viva la economía


Ellos no intervienen directamente en el cultivo de la caña, ni tampoco operan centrales, pero si el resultado de su esfuerzo pudiera medirse en azúcar, entonces sumarían miles las toneladas que aportan en cada zafra.
Hablo de los 176 trabajadores que conforman la unidad empresarial de Base Talleres y Desmonte Las Tunas, perteneciente a la Empresa Azutecnia, creada por Azcuba para la exportación de servicios de ingeniería, asistencia técnica, equipos y maquinarias en la agroindustria azucarera.
Se trata de un colectivo que se ha ganado el respeto y la admiración del país, por su ingeniosa búsqueda de soluciones alternativas a la falta de piezas, agregados y de implementos, mediante innovaciones que al final dan más azúcar.
Es así como año tras año, durante más de tres décadas de creativa labor, los 61 miembros del poderoso y competente movimiento de innovadores y racionalizadores (ANIR) del centro -con la ayuda del resto de los trabajadores- han mantenido con vida a miles de tractores ligeros y pesados, combinadas, implementos de cultivo, vehículo automotor y componentes de los centrales, en condiciones sumamente complejas y difíciles de la economía nacional, como la que actualmente enfrenta por la escasez de combustible, inherentes al criminal y generalizado bloqueo que nos impone el Gobierno de los Estados Unidos.
                          ENCARGO RECIBIDO, COMPROMISO SATISFECHO
"Contar con capital humano de calidad, con vasta experiencia técnica y consciente de la importancia que representa su labor en la actual coyuntura, constituye nuestra principal arma para asumir cualquier tarea -por más complejas y difíciles que parezcan- que nos encomiende el país", manifiesta Miguel Guerrero Fernández, jefe de talleres y presidente de la ANIR en el centro.
Lo anterior, más una adecuada organización del trabajo a partir de la formación de cinco colectivos principales -talleres de recuperación y fabricación de piezas, de pailería y soldadura, de fundición, de equipos pesados, brigada de mantenimiento a máquinas herramientas y una sala de motores-, habilitan a la UEB para ejecutar un amplio programa de apoyo a la zafra y a la agricultura que abarca a todos los equipos que en ellas intervienen, incluyendo centrales, construcciones soldadas como la restauración de remolques, casa-comedor, novias e implementos de cultivos.

Bajo esa premisa ya han fabricado 900 discos de cloche de combinadas KTP, sobre los 10 mil sellos de turbinas de agua de los camiones Kamaz, tractores YUM-6 y auto Lada para todo el país, más de 14 mil piezas de repuesto críticos y básicos por un valor superior al medio millón de pesos y reparados 54 de los 80 motores comprometidos para el tiro de caña.
A esa lista, Anael Domínguez Salas, jefe del Grupo Técnico Productivo, adiciona la recuperación de radiadores, ejes del volante, coplin y los palcos del sistema de cosecha de las combinadas CASE y KTP-2M, así como mangueras hidráulicas, bombas de engrase, tornillos de banco, gatos mecánicos, disco de embriague, tornillerías y tuercas de diferentes medidas para vehículos automotor y equipos agrícolas.
Completan el inventario de lo realizado hasta la fecha, la fundición de Spray y plaquetas para calderas y torres de enfriamientos de los centrales y la fabricación de todos los colectores de cosechadoras KTP-3000 encargados por el país.
                                         PENSANDO COMO CUBA
A tono con el espíritu solidario que en tiempo de crisis se enaltece entre los cubanos, aquí asumen el reto de cumplir los compromisos con la zafra y a la vez atender las necesidades del prójimo porque como dice Miguel, "nosotros estamos en el bando de los que piensan como Cuba".
Cierto es que la batalla contra el bloqueo económico, comercial y financiero que nos impone Donald Trump se torna ardua, compleja y muy difícil, pero si cada centro de trabajo y de prestación de servicio concentra sus energías en la ayuda mutua, el triunfo no se hará esperar.
Por eso es que aquí asumieron con presteza la solicitud del Combinado Lácteo Las Tunas, de fabricar tres evaporadores de procedencia brasileña para poner al full el sistema refrigerado de la leche y del yogur, inversión que transita por su recta final y con la cual economiza al país miles de dólares, en momentos de gran tensión de su economía.
De igual manera respondieron frente a las solicitudes de servicios hechos por la Empresa Eléctrica, la Pesca, Industria Alimenticia, Materiales de la Construcción y la Empresa de Estructuras Metálicas (Metunas).
Lo bonito de ese abarcador esfuerzo radica, en que toda esta vorágine de trabajo es ejecutada con la utilización del 10 por ciento menos de la energía eléctrica que el taller consumía antes de la actual contingencia energética.
Admirable resulta observar, en plena faena, a veteranos como el mecánico A de equipos de diésel Orestes Benítez Fernández, quien con 71 años de edad y a pesar de estar jubilado, encabeza la nómina de los más destacados en la reparación de motores.
Observar, la constancia y agilidad del operador A de máquinas herramientas (tornos) Ernesto Sánchez Téllez, considerado el alma de la ANIR por la variedad, cantidad y efecto económico de soluciones por él encontradas.
En fin, nos dio mucho gusto apreciar cómo cada quien -desde su puesto- defiende, con apasionada entrega, lo que le toca del gran empeño colectivo, consistente en cerrar el año con una producción total valorada en más de seis millones de pesos, del que ya se ejecutó más de la mitad y otros dos en moneda libremente convertible, por concepto de suplantar importaciones.
De manera que este es uno de los tantos ejemplos que abundan en el país del porqué Cuba -con escasos recursos y un bloqueo que atenaza cada vez más a su economía- puede resistir la embestida imperialista y avanzar.




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