Si en la producción de azúcar los trabajadores del central Majibacoa tienen
el uno en la provincia –solo les restan unas siete mil toneladas para cumplir
el plan-, otro tanto sucede en la generación y entrega de electricidad al Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
Desde que puso en funcionamiento su planta
moledora el 25 de noviembre y utilizando como combustible el bagazo, el ingenio
ha cogenerado 23 mil 594 megawatt/hora
(Mw/h), suficiente para autoabastecerse y venderle al SEN cinco mil 58, el 105 por
ciento de lo pactado hasta esa fecha.
De acuerdo con Julio César Peña Vázquez, especialista
energético de la industria, con esa venta las
arcas del central se vieron favorecidas en un millón 47 mil 210 pesos,
lo cual incentivó el sistema de estimulación salarial al situar en mil 745
pesos el estipendio promedio por trabajador.
“Nuestra motivación es mayor –dijo- porque la electricidad
aportada a la red pública representa un ahorro de dos mil 300 toneladas de
petróleo equivalente, cantidad que del país haberla comprado en el mercado
internacional hubiese desembolsado unos
115 mil dólares.
“También nos sentimos orgullosos porque con
lo entregado al SEN da para abastecer al municipio de Majibacoa durante un mes
y medio, o a 25 mil viviendas, consumiendo 200 kw como promedio cada una”,
puntualizó Julio César.
La eficiencia energética de ingenio
posibilitó, además, mantener el suministro de energía a las plantas de cera refinada –única de su tipo que funciona
en Cuba- y de alimento animal, a la empacadora de bagazo, fábrica de vino y a motores que bombean agua
en la fábrica.
Entre
las causas del efectivo balance energético, el experto mencionó un aceptable
comportamiento de la molida (72 por ciento), apropiada preparación de los
operarios y las mejoras introducidas en el esquema energético que comprende las
casas de calderas y de bagazo, el área de instrumentación, cuatro calderas y
tres turbos generadores con una potencia de cuatro Mw cada uno.
Cabe
resaltar que con esos resultados, los trabajadores del ingenio ya certifican la
segunda mejor zafra energética de su historia
-solo superada por la campaña 2014-2015, cuando tributaron al SEN cinco
mil 700 Mw- y una importante contribución a los esfuerzos del país por buscar
fuentes alternativas de energía, en momentos en que los precios del petróleo
exigen inversiones millonarias para mantener la estabilidad alcanzada en tan esencial
servicio a la población.
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