Como parte de la estrategia puesta en
práctica por la provincia para fortalecer la zafra en su recta final, fueron incorporados al corte de caña más de
mil 300 nuevos macheteros.
Integrada por trabajadores de las propias
unidades productoras del sector, esa fuerza desarrolla su labor en áreas
mecanizadas pero con rendimientos inferiores a las 25 toneladas por hectárea,
lo cual eleva considerablemente el costo y el índice de consumo de combustible
de las combinadas y equipos de tiro.
Según Pedro
Jiménez Espinosa, director adjunto de la Empresa Azucarera en la provincia, en esas condiciones se encuentran
más de 95 mil toneladas de caña, cantidad que de no procesarse harían mucho más
difícil el cumplimiento del plan de producción de la presente campaña.
Por eso y ante la imperiosa
necesidad de convertir en azúcar hasta
la última caña planificada sin sobregirarse en
el plan de carburante asignado, se adoptó la decisión de extraer a esos
trabajadores de otras tareas y ponerlo en función de lo que aquí han denominado el corte de caña
por el sistema de arrope.
Se
trata de dejar de pie la carrera del centro y depositar en ella las cañas disponibles en los surcos izquierdo y
derecho, previamente cortadas a mano, para que las combinadas las recojan. “De esta manera –argumentó Jiménez-, las
cosechadoras aumentan la productividad,
emplean menos tiempo para llenar las vasijas y logran un consumo
aceptable de combustible”.
La estrategia para incrementar en esta etapa
la alimentación a los tándemes y evitar que quede caña sin cortar, comprende,
además, el traslado de sendos pelotones
de combinadas CASE desde los centrales Majibacoa y Antonio Guiteras hacia áreas
abastecedoras del “Amancio Rodríguez” y”
Colombia”, lugares donde todavía existen buena cantidad de campos con más de 30
toneladas de caña por hectárea, rendimiento que facilita la operación de esos
medios de alta productividad.
Antes y con similares propósitos, fue
abanderado y puesto al servicio del trasiego de materia prima en el central
Majibacoa, un pelotón integrado por 12
camiones, con sus respectivos choferes, procedentes de diferentes
organismos con sede en la provincia.
De manera que Azcuba en Las Tunas mueve sus
peones, cuan si fuera un tablero gigante
de ajedrez, para apuntalar los eslabones
más débiles de la zafra, cuando van restando unas 79 mil toneladas de azúcar para
cumplir el plan de producción de la
presente contienda.
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