En
momentos en que la sequía pone de rodillas a muchas plantaciones y cuando el
plátano burro y vianda apenas dejan ver sus caras por placitas y mercados, lejos están los
agricultores tuneros de colocarse las manos en la cabeza y mirar para el cielo,
en espera de que la naturaleza les eche una mano en tan difíciles
circunstancias.
Vivo ejemplo de lo anterior, lo constituyen
las emprendedoras faenas que acontecen en el polo productivo de nuevo tipo
Melanio Ortiz. Allí vimos a trabajadores sembrando con el auxilio de pipas para
mojar el lugar donde se deposita la semilla y el uso eficiente que se le da al
agua todavía disponible para el regadío de unas 139 hectáreas de maíz, plátano vianda de
la variedad Enano Guantanamero, yuca, boniato y calabaza, entre otros cultivos.
Pero lo que más llamó nuestra atención fue
cuánto se hace en función de lograr, a corto y mediano plazo, la sostenibilidad
de las producciones agropecuarias, mediante el fortalecimiento de la Empresa
Socialista –en este caso la granja Rancho Alegre- y la creación de las
condiciones mínimas indispensables para brindarle mejor atención a las
diferentes formulas productivas y a los labriegos radicados en sus alrededores.
“Devolverle la vitalidad productora a esta
vasta zona del municipio de Jobabo-Las tablas, Cerrecito de Cayojo, Mejía, San
Antonio y Ciruelito- que en su momento, fue potencia en la producción de
alimento en Las Tunas, es el fin que perseguimos al convertir a Melanio Ortiz en el embrión, en un modelo, de los polos productivos que
necesitamos para asegurar la presencia de producto del agro en la mesa durante
la mayor para te año”, apuntó Omar Pérez López, delegado de la Agricultura en
la provincia.
Lo novedoso de esta agrupación radica en que a partir de la entidad estatal
–granja Rancho Alegre- se dirige todo el proceso técnico productivo de las
siete CCS, dos CPA e igual número de UBPC que lo integran. Es el centro de
gestión del Polo, donde radica su dirección, la casa del técnico, almacenes, un
taller de maquinaria, pista de combustible, tiendas para venta de insumos y
semillas y una oficina bancaria. O sea, que
se le acercará al productor el servicio
integral del Sistema de la Agricultura,
A la par de este esfuerzo a favor de la
producción, también se trabaja en el mejoramiento de las condiciones de vida de
las cerca de 15 mil personas que conviven en las ocho comunidades agrícolas enclavadas
en el polo de referencia. Dígase los viales, la recuperación de seis círculos
socioculturales, de naves y puntos de
acopio, reparación y pintura de consultorios del Médico y la Enfermera de la
familia, bodegas y escuelas.
Todo esto, más la recuperación en Las Tablas
de un sistema de regadío que beneficiará a 67 hectáreas –ya se probó-, la
instalación de otro en la zona de Feijoo y la adquisición de varios recursos,
se ha podido ejecutar con financiamiento otorgado por la Federación Internacional de Desarrollo Agrícola a través
del programa PRODECAR.
De manera que la apertura del mayor polo
productivo de Las Tunas, el cual abarca unas cuatro mil hectáreas, ha
impactado positivamente en la población y sobre todo en trabajadores como José Rondón, quien, con orgullo expresa: “Ahora esto si va en serio. Los
obreros ya comienzan a regresar y muchos
jóvenes están firmando contratos. Estamos
muy contentos, vamos a lo que era antes Melanio Ortiz, un gran productor de
vianda”.
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