Los preparativos de la zafra 2017-2018 en Las
Tunas hay que observarlos con ojos clínicos y al detalle, con espíritu crítico
y autocrítico, en virtud de mantener tensa las fuerzas, aun en los momentos en
que los por cientos reflejen resultados generales positivos.
Así se me ocurre luego de conocer que en la provincia ya se han reparados mil
334 equipos de corte, alza y transportación de caña y medios de aseguramiento,
cantidad que representa el ciento por ciento del plan hasta la fecha.
Visto así ese balance pareciera que la tarea
marcha viento en popa, pero otra, muy distinta, es la realidad cuando se
desmenuza lo realizado por componentes.
En el caso de las combinadas, por ejemplo, de
52 solo se han alistado 18, el 34 por ciento de lo previsto hasta el momento.
Aquí la situación la aprecio en extremo delicada.
Por eso, porque conozco la historia, me
preocupa que en fecha tan temprana como esta Eduardo Brathwaite Herrera,
especialista de cosecha en la Empresa Azucarera, ya hable de atrasos con la
llegada de piezas y componentes para encarar la reconstrucción de cinco
combinadas KTP y la reparación de los sistemas hidráulicos y la sustitución de
las cadenas de los transportadores, entre otras necesidades.
Mientras esa situación persiste nadie, en los
talleres, puede dormir tranquilo, mucho menos el personal encargado de
gestionar los recursos convenidos para alistar, en primer lugar, las 142
combinadas planificadas, parque que debe garantizar cerca del 95 por ciento del
total de la materia prima que molerán los centrales tuneros en la entrante
zafra.
Pero el atraso no solo se localiza en las
cosechadoras. También marchan con demoras
las reparaciones de alzadoras y de tractores -40 y 84 por cinto,
respectivamente-. O sea, que salvo los
medios aseguramientos (108 por ciento), el resto de las líneas no andan bien.
Como en otras ocasiones, también ahora en cada centro de reparación debe
concedérsele especial atención a la fabricación y recuperación de piezas y
agregados mayores, en aras de suplir por esa vía cualquier falla en la entrega
de recursos ya sean de procedencia nacional o del exterior.
Aunque he tomado como bandera a las
reparaciones de equipos agrícolas para
demostrar que no siempre que se hable de cumplimientos quiere decir que
integralmente la gestión empresarial camine bien, lo aquí expuesto es válido
para las industrias.
De ahí que en cualquier análisis que se haga al respecto, debe partir de lo particular a lo
general, para determinar en que dirección deben dirigirse los mayores esfuerzos
y si el cumplimiento que se anuncia, como el caso que nos ocupa, es digno de
festejar o no.
Por tanto, sirvan estas reflexiones como un
llamado de alerta, máxime cuando esta vez el tiempo disponible para alistar a la maquinaria agroindustrial -30 de octubre
fecha tope- es mucho menor al de otros años.
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