domingo, 9 de julio de 2017

Corona por los 100 años para Romilia

En Cuba cada vez más crece el número des personas que pasan la barrera de los 100 años de existencia. Una de ellas, es la tunera Romilia  Ávila Santiesteban.
Al agasajo organizado por sus hijos y nietos asistió 26 digital. En verdad fue una bonita fiesta, celebrada a la sombra del acogedor  bosque de frutas que circunda la morada, allá  en la humilde comunidad de campesinos de San Gregorio, distante a pocos kilómetros de la capital provincial.
Emperifollada desde los pies hasta la cabeza, con los labios pintados, un hermoso vestido de seda  estampado color  tabaco y portando la corona ganada en buena lid al almanaque, se presenta ante nosotros  Romilia, quien  a estas alturas de la vida se jacta de tener fuerza y energía para echar un pasillo,  sin apoyo  alguno.
A pesar de que a ratos la memoria le falla, la alegre y graciosa anciana trata de bucear en el mar de los recuerdos y, aunque no puede sacar a flote todas las vivencias  de un  siglo, asegura que “fui y soy muy feliz. Vivo agradecida de mi familia, de la Revolución, de Fidel y de Raúl”.
Nacida el 6 de julio de 1917 en la finca  Almendrares, lugar donde  conoció de la mano de sus padres los rigores del campo, esta longeva también se desempeñó como ama de llaves de la familia adinerada de Los Gamboa, posición que aprovechó para enviar, a través de los cocheros que traían la leche, medicamentos hacía la zonas de operaciones del 26 de Julio en Almendares y la Finca La Blanquita, según atestiguan parientes allegados.
Romilia es madre de tres hijos, quienes les dieron 10 nietos, 13 bisnietos y 10 tataranietos, muchos de ellos tuvieron que recorrer largas distancias  para estar, junto a ella, colmarla de besos y caricias,  en tan memorable fecha.

“Yo no esperaba esto. Verlos a todos aquí es el mejor regalo que me han hecho”, dice, mientras ciñe  contra su pecho a familiares con años sin verlos.
Otro momento emotivo, fue cuando Rolando Ávila, Delegado de la Circunscripción del Poder Popular en San Gregorio, puso en sus manos, en nombre del Grupo de Trabajo Comunitario y de todos los vecinos, un hermoso ramo de flores, momento que la veterana aprovechó para reafirmar: “yo soy revolucionaria de alma”.
A Romilia se le ve alegre, activa y elegante. Al tanto de lo que ocurre en su entorno, confiesa no tener receta que ofrecer para vivir una centuria. “A lo mejor es porque siempre he tenido buena salud, por la atención y consejos de los médicos o porque me cuido mucho la boca”, dice y dibuja una picara sonrisa.

Así, entre abrazos, besos y risas la tarde cae y mientras se ponen a punto variedades de golosinas, grande y chicos se apiñan debajo de la arboleda para cantarle a Romilia FELIZ CUMPLEAÑOS, tal como realmente disfrutó el agasajo que le levantó el ánimo y le permitió valorar los lindos momentos que la vida aún le ofrece.

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