jueves, 17 de octubre de 2019

Apelan en Las Tunas a la capacitación para realizar una buena zafra


Todo esfuerzo que se haga en función de las mejoras tecnológicas de los centrales, a partir de inversiones y  reparación de la maquinaria, debe ir  de la mano con la capacitación del capital humano.
De poco serviría afinar los “hierros” si los encargados de operarlos no lo dominan. Es por eso que  el adiestramiento de la fuerza laboral debe verse como un factor de suma importancia dentro del conjunto de acciones que se acometen antes y durante el desarrollo de la zafra, en virtud de lograr el objetivo final: cumplir el plan de producción de azúcar, con eficiencia y calidad.
Se trata de concebir un sistema integral de trabajo que defina con claridad la necesidad de avanzar, en la organización empresarial, hasta alcanzar un equilibrio armónico entre el desarrollo  tecnológico y la preparación de los recursos humanos, tal y como lo vienen haciendo en el central Majibacoa.
Esa buena experiencia, en ascenso desde hace algunas contiendas, que debe extenderse al resto de los centrales y sobre todo en Colombia, pues tras varios años de inactividad productiva perdió a buena parte de su fuerza técnica y ahora depende, en gran medida, de noveles  trabajadores y de especialistas del “Amancio Rodríguez”, ingenio que no  intervendrá en la próxima campaña.
Desde ya Las Tunas busca un sustancial incremento en la producción de azúcar respecto a la cosecha anterior, pero ese salto no solo descansa  en unas reparaciones a tiempo y con calidad, sino, además,  en el desempeño posterior que tenga, en su puesto,  cada jefe, técnico, especialista y trabajador.
Por eso soy del criterio que el adiestramiento debe verse como un proceso que se desarrolla todo el año y que, en la práctica, supera por amplio margen la cifra oficial  de trabajadores agroindustriales –ahora suman mil 419-  seleccionados por los departamentos de Recesos Humanos para recibir los cursos, seminarios y conferencias planificados, a partir del diagnóstico de las necesidades de capacitación.
Para que todo salga bien  en esta y las futuras zafras, el jefe de cada área debe asumir el rol de instructor, y de hecho lo es, porque  al estar al tanto de lo que hace cada uno de sus obreros puede corregir de inmediato cualquier falta o chapucería, ejercicio que deviene en una acción de capacitación, mediante la cual se evita el tiempo perdido por rotura y  mala operación.
Si el objetivo de la capacitación es lograr en los trabajadores en ejercicio o de nueva incorporación, los hábitos de conducta que propicien la mayor eficiencia en el desempeño de sus funciones, entonces es válido todo lo que hagan los centrales en función de involucrar en la tarea a todo el dirigente, técnico, especialista  e, incluso, a los jubilados, con capacidad de contribuir  a tan importante empeño.
Hay que actuar con la máxima de que no pueden lograrse  molidas altas y producciones del dulce acorde con lo establecido para cada jornada, si no se cuenta con una industria competente y con trabajadores y cuadros formados profesional y técnicamente capacitados, especialmente en los puestos más complejos y decisivos de los ingenios.
Es una realidad que, por su importancia, la dirección del capital humano,  tanto en la Empresa como en las unidades empresariales de base, siguin de cerca, en virtud  de poner a la agroindustria azucarera tunera en condiciones  de responder con prontitud,  al resto de hacer una zafra  2019-2020, superior y más eficiente.


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